A veces lo obvio, no lo es tanto. Las mujeres tienen algunas capacidades más desarrolladas que la mayoría de los hombres. Y aunque también es cierto que los hombres tienen otras más desarrolladas que las mujeres, y sin el ánimo de generalizar, en ambientes laborales de alta exigencia, donde el trabajo en equipo es fundamental para conseguir éxitos y donde se requiere pensar “fuera de la caja”, ellas se desenvuelven con ventaja. Esa es mi experiencia, pero para no quedarnos solo con mi visión, mencionaré un par de datos.

Hace un tiempo se conoció un estudio del Peterson Institute for International Economics, relativo a la equidad de género en las empresas a nivel mundial, en el que se señala que aquellas compañías con más profesionales femeninas en puestos de liderazgo son más rentables. Así de claro. De hecho, las firmas que poseen un 30% de mujeres en altos puestos ejecutivos, obtienen un 15% más de beneficios económicos versus aquellas que no las tienen.

Sin embargo, el análisis evidencia que cerca del 60% de las corporaciones analizadas no tienen mujeres en su junta directiva, más de la mitad tampoco cuenta con mujeres en cargos gerenciales y solo el 5% de las empresas están dirigidas por una mujer.

En el plano local, si bien se ha avanzado, aún se mantiene cierta resistencia a incluir a la fuerza laboral femenina en industrias tradicionalmente “masculinizadas”, como es el caso del sector energético. De hecho, en el rubro, no más del 23% de los puestos están ocupados por mujeres, las que ganan un 24% menos que los hombres. Y qué decir de los altos cargos: solo el 18% del total, está en manos de “gerentas”.

Luego de observar esta realidad, hace dos años nace el programa Women in Energy bajo el alero del World Energy Council – WEC Chile, con el apoyo de Deloitte. Recogiendo la experiencia de Energía + Mujer, del Ministerio de Energía, esta iniciativa busca potenciar, visibilizar, capacitar y apoyar a profesionales jóvenes que están vinculadas a la industria para desarrollar liderazgo en alta dirección futura.

Lo que más sorprende de las integrantes de Women in Energy WEC Chile es lo inspiradoras que son.

Todas aquellas con quienes he tenido la suerte de relacionarme, poseen un nivel de conocimientos muy acabado, tienen buena disposición, son entusiastas y, sobre todo, son distintas entre sí. Este último aspecto creo que es la clave: son mujeres que representan la diversidad que necesitan las empresas, las industrias para innovar y crecer.

Venir de distintas realidades sociales, culturales, con diversas historias de vida, es lo que enriquece a las comunidades y nos ayudan a resolver de mejor manera las dificultades a las que nos enfrentamos en los tiempos actuales: con pandemia, con crisis económica, con demandas ciudadanas, con desafíos ambientales, etc.

Tal vez en un tiempo más, no necesitemos fortalecer el papel de la mujer dentro de las industrias, porque ya no será tema, pero hoy tenemos que seguir trabajando para disminuir las brechas, pero también para no perder la oportunidad de integrar esa diversidad tan necesaria dentro de las organizaciones.

La verdad sea dicha: no son las mujeres quienes necesitan abrirse camino y ser reconocidas en la industria energética; es el sector quien requiere de más mujeres y talentos diversos para enfrentar los grandes desafíos que se nos avecinan, que no son pocos. Siempre es un buen momento para comenzar. No perdamos la oportunidad.

Pablo Vásquez, Director World Energy Council Chile y Socio de Deloitte