Josefina Díaz, es una de las integrantes de la 5ta Generación de Women in Energy WEC Chile. Pero además es la fundadora de Blummo, una startup que ofrece un filtro eléctrico para las estufas a leña, capaz de absorber hasta el 90% de todo el material particulado emitido. Si bien postuló al programa de liderazgo femenino sin muchas esperanzas, la Beca Saesa hizo posible que pudiera obtener el cupo necesario para vivir una experiencia transformadora.

Francisco Alliende, gerente general de Grupo Saesa, conversó con Josefina para conocerla más a fondo e indagar en las motivaciones de esta joven emprendedora que busca colaborar en la transición energética a través de su producto.

“El haber podido acompañar en este proceso a Josefina, lo encuentro un lujo. El sentir como empresa que estamos apoyando a emprendedoras que tienen un rol crítico en el desarrollo de un sur más sustentable, nos llena de orgullo”, comenta Alliende, quien se considera un sureño de corazón.

F.A. Grupo Seasa es una compañía comprometida, sobre todo, con el sur de Chile, con su sustentabilidad. La solución que creaste me parece que es un gran aporte para el desarrollo de la zona, ¿cómo se te ocurrió fundar Blummo?

J.D. En general siempre ando resolviendo problemas. Me gusta mucho. Soy media inventora, de alguna forma. Bueno, en un viaje estuve compartiendo el calorcito de una cocina a leña con una familia en Chiloé y cuando salí de la casa, después de estar todo el día allí, me di cuenta de que estaba pasada a humo, la ciudad estaba pasada a humo. Me decepcioné un poco, me esperaba otro panorama. Recién había llovido, entonces me parecía extraño que todo estuviera tan contaminado. Ahí me di cuenta de que la leña era un problema, un problema real. Eso pasó en el año 2015.

En las noticias seguía viendo los problemas que generaba la contaminación por leña. Pasaron dos años y dije: “voy a hacer algo, en lugar de esperar que alguien más lo haga”.

Cursando la carrera de Ingeniería Eléctrica, se me ocurrió hacer un filtro eléctrico, ya que ioniza las partículas de la chimenea y la atrapa. ¡Y ahí comenzó la aventura! En realidad, ha sido súper difícil pasar de un laboratorio a algo real y útil.

Cambiar los hábitos de las personas, sobre todo en el uso de la leña, es algo que puede tomar muchos años porque está muy arraigado en nuestra cultura. Blummo es un paso intermedio que ayuda en la transición energética hacia otros combustibles más amigables con el planeta.

F.A. ¿Y cómo supiste del programa Women in Energy de WEC Chile? ¿Por qué quisiste postular?

J.D. Había visto algunas fotografías en LinkedIn con muchas mujeres reunidas, pero no había llamado significativamente mi atención. Tiempo después, dos personas que estaban vinculadas conmigo en ese momento me hablaron del programa y ahí recordé las imágenes que había visto. Ellas me dijeron que postulara. Después investigando , dije: “son muchas mujeres en el mundo de la energía, cosa que es muy raro porque en general es un mundo masculinizado». Eso llamó mi atención y decidí postular.

Revisé las bases y estaba difícil. Postulé igual y luego me di cuenta de que había una beca de Grupo Saesa. Cuando me preguntaban en el formulario por qué solicitaba la beca, respondí que me ‘daría mucha pena quedar y no poder pagar un programa capaz de hacerme crecer mucho más como persona y como mujer’.

Cuando recibí el correo de bienvenida al programa, lo leí cuatro veces. No lo podía creer. Fue sorprendente. De hecho, en la primera sesión, nos hicieron salir adelante y contar nuestra historia. Yo dije que para mí había sido un milagro haber quedado en el programa porque sentía que tenía escasa probabilidad.

F.A. ¿Cómo dirías que te ha servido el programa del WEC? ¿Cuánto te ha impactado?

J.D. De dos formas bien relevantes: una es mi seguridad. Siento que ahora soy mucho más segura cuando presento mi proyecto y cuando me relaciono con otras personas. Otro tema importante fue recibir herramientas profesionales de liderazgo, las cuales me han permitido ver desde una perspectiva distinta mi trabajo y el de los demás.

También he podido aplicar algunas técnicas adquiridas de oratoria, autoconocimiento y personalidad, y traspasarlas a personas de mi equipo, quienes también se han beneficiado de lo que yo he aprendido en las distintas sesiones del programa, ¡que son bien intensas!

F.A. ¡Qué rico escuchar tu experiencia, lo que avanzaste! De tus palabras siento que te empoderas de tu rol de emprendedora y del desafío que tienes. Estoy convencido que Chile necesita emprendedores, gente con fuerza, que piense distinto. La ventaja de tu mirada es que te da una flexibilidad tremenda para trabajar con gente diversa. ¿Cómo fue tu relación con las otras integrantes del grupo?

J.D. Bueno, somos 39 mujeres. Y todas muy distintas. Hay chicas de mi edad hay unas que son un poco más jóvenes que yo y otras que, obviamente, tienen más trayectoria. Al principio estaba un poco incómoda, porque sentía que era muy diferente. Al venir de una startup y no de algo más convencional, sentía que no encajaba tanto.

Sin embargo, me han hecho saber que mi forma de ser un tanto disruptiva -que a algunas personas puede generarle ruido-, les ayuda un poco a romper esquemas y creencias. ¡También he hecho amigas! Toda la experiencia ha sido muy enriquecedora.

Y ahora, tras haber vivido este proceso junto a WEC Chile, más empoderada y con nuevas herramientas, ¿cómo percibes el rol de la mujer dentro de la industria?

Este programa ha sido clave para darme cuenta de la determinación que tenemos las mujeres para lograr lo que queremos. Antes estaba un poco sola y ahora no me siento así, porque sé que hay otras mujeres en la misma que yo.

El programa y WEC Chile hizo que tuviera más fuerzas para poder seguir haciendo lo que hago y no sentirme sola en este campo.