Una psicóloga y una emprendedora, unidas por el deseo y el trabajo para que los beneficios de la energía llegue a todas las personas, aunque se encuentren en los lugares más recónditos del país. Ambas también están empujando, desde sus roles, el aumento de la participación femenina en una industria que necesita de todas las capaciades, talentos y miradas para sortear los desafíos de la transición energética. Acá Fabiola Cuello y Josefina Díaz nos cuenten sobre sus trayectorias y apreciaciones:

Fabiola Cuello – LAP

«Soy mamá de 2 adolescentes, Sofía de 15 y Matías de 12. Estudié psicología, aunque siempre supe que no me quería dedicar al ámbito clínico, por lo que he desarrollado mi carrera siempre relacionada a temas de recursos humanos, donde llevo trabajando por más de 17 años en rubros bien diversos. Ahora estoy terminando un magíster de Gestión de Personas y Dinámicas Organizacionales en la Universidad de Chile, que ha sido un buen desafío en lo académico, pero también me ha desafiado en poder conciliarlo con mi trabajo, los niños y mi participación en el programa Women in Energy WEC Chile».

«Siempre he sentido que mi trabajo es más bien transversal y que puedo desarrollarlo en cualquier industria, por lo que cuando me surgió la posibilidad de trabajar en energía me pareció algo interesante, ya que no solo era impactar en la vida de las personas, sino que también en un rubro donde la participación femenina era baja y de alguna forma podía influir en el cambio de paradigma que se estaba viviendo».

«En la industria de la energía, si bien hemos avanzado, aún nos quedan importantes desafíos para que ser mujer no sea tema».

«No tenemos que olvidar que estamos trabajando en un rubro que da un servicio básico que cada vez cobra más relevancia en lo cotidiano para las personas, que además mejora la calidad de vida de quienes tienen acceso y cuentan con este servicio, por lo que la humanización energética para mi es generar conciencia de la importancia que éste llegue a todos quienes forman parte de la sociedad. Para esto es necesario generar redes que faciliten este proceso y de alguna manera incorporar nuevas miradas que uno puede no estar considerando, junto con fomentar que se generen sinergias que permitan los avances de forma sostenida en el tiempo».

«Viví en Santiago hasta los 12 años y siempre estuve en colegio solo de mujeres. Por temas familiares, me tocó trasladarme a Coyhaique donde tuve la suerte de llegar a un colegio mixto, con compañeros increíbles. Ahora con el tiempo y pudiendo comparar las experiencias, la verdad es que no tengo ninguna duda que los espacios diversos enriquecen el aprendizaje, te enseñan a una convivencia más amable, hay puntos de vista divergentes, más empatía y tolerancia, entre muchas otras ganancias. Uno puede extrapolar esto a la vida laboral, donde la participación femenina en espacios masculinizados implica un esfuerzo no solo de las mujeres por ganarse un espacio, sino también desafía a los hombres a desarrollar ámbitos en los que tienen menos habilidades por un tema cultural y que vienen más dados por los estereotipos de género, pero que son necesarios porque se dan cuenta que les permite tener mejores relaciones y gestión de sus equipos.
En esta industria, si bien hemos avanzado, aun nos quedan importantes desafíos para que el ser mujer no sea tema».

Josefina Díaz – Blummo

«Soy Josefina Díaz, ingeniera civil Eléctrica de la Universidad de Chile. Mi elección por esta carrera nació de mi fascinación por el electromagnetismo y la tecnología. Siempre me ha maravillado comprender el funcionamiento y la historia detrás de lo que construimos, así como presenciar la evolución constante que transforma paradigmas impulsada por inventores visionarios. Me caracterizo por ser una persona muy curiosa, reflexiva y con gusto por el aprendizaje activo y constante. Disfruto explorando, compartiendo vivencias y participando en conversaciones profundas. Me gusta leer, ver películas y series, al igual que asistir a rutinas de stand up que me hagan reír y, de vez en cuando, salir a bailar».

«En la Universidad mi interés coyuntural era la innovación tecnológica, pero además, en la carrera de Ingeniería Eléctrica enfoqué mis conocimientos en dos áreas: Potencia y TIC’s. Al terminar la universidad, me planteé qué rumbo quería tomar. Tenía en mente una idea y me aventuré a hacerla realidad: soy fundadora de Blummo, un emprendimiento cuya tecnología es una herramienta para la transición energética y que se vincula con la industria en dos aspectos, la leña como combustible y la sustentabilidad».

«Por una parte, comprendí que tomaría varios años reemplazar la leña como fuente de energía en hogares que no logran apaciguar el frío extremo en invierno y donde la pobreza energética se hace más presente en esta época del año. También entendí que el planeta no tiene tiempo, por lo que desarrollé un filtro de emisiones que puede mitigar hasta un 90% del material particulado liberado en la combustión. Es un dispositivo que logra mermar la contaminación de las personas que actualmente deben decidir entre calentarse o contaminar».

«Tanto en la industria energética, como en otros sectores, se requiere toda la capacidad intelectual disponible para resolver los desafíos que se avecinan».

«Blummo es una herramienta para poder mejorar nuestros índices de calidad del aire y de vida sin esperar que las personas decidan cambiar sus gustos o preferencias. Las personas siempre vuelven a la leña, es su combustible seguro y confiable. Es ahí donde el término humanización energética cobra sentido para mí».

«No podemos estandarizar por siempre las soluciones que existen, a pesar de que económicamente puede ser más rentable. Debe existir un equilibrio entre lo que proponemos como solución y lo que se puede implementar, que funcione, pero que también haga sentido para quienes lo utilizan. Siempre hemos parametrizado las soluciones para poder crecer, y desde un punto de vista económico es lo que funciona, pero después de lograrlo, es importante detenerse a escuchar a aquellos que quedaron rezagados en el proceso».

«La energía es transversal. En la época en que vivimos es imposible vivir sin ella y al mismo tiempo vivir en sociedad. Por ello, necesitamos que se extienda hasta los lugares más recónditos, comprendiendo que existen diferentes culturas, personas, historias de vida, ecosistemas diversos y viabilidades técnicas. Esto hace necesario establecer puentes entre las diferentes realidades para encontrar soluciones efectivas y sostenibles. Es necesario que exista comunicación bidireccional y escucha activa de las necesidades existentes acompañado de un interés real por comprender. De esta forma podremos llegar a una humanización energética con propiedad».

«Pienso que la humanización energética es eso: escuchar, involucrar a los distintos segmentos que comprendemos los humanos y humanas. Saber escuchar nuestras diferencias para poder entregar un servicio de calidad y a la medida de los usuarios».

«La inteligencia no tiene género. Las mujeres somos aproximadamente el 50% de la población (49,7% al 2022, según cifras del Banco Mundial). Entonces, ¿por qué no incluirnos? Nunca he entendido por qué las mujeres hemos sido rezagadas. Me lo he cuestionado varias veces, pero no lo comprendo. Nací en una familia matriarcal, por lo cual, las mujeres de mi familia siempre han marcado la pauta. He visto que las cosas funcionan gracias a ellas».

«Tanto la industria energética como otros sectores requieren toda la capacidad intelectual disponible para resolver los desafíos que se avecinan. La demanda de energía está en constante aumento y la naturaleza ya no puede satisfacer todos nuestros requerimientos. Necesitamos aprovechar cada mente disponible para garantizar la sostenibilidad de esta industria y lograr un equilibrio entre la generación y la regeneración de recursos, evitando así consecuencias desastrosas para todos».

«Las mujeres poseemos una fuerza singular y unidas somos invencibles. Contamos con una percepción y sensibilidad distintiva. En esta época, la inteligencia es crucial, pero la conexión con la naturaleza es igualmente esencial. Nosotras, por naturaleza, poseemos ese don especial. Considero que la participación femenina y la conexión con la naturaleza son esenciales para abordar los retos actuales en la industria energética».