Con la participación de tres profesionales vinculadas al programa Women in Energy, se realizó el evento “Energías verdes: los retos e hitos de Chile para el gran salto renovable» organizado por la consultora EY con el apoyo del capitulo local del Consejo Mundial de Energía. En la oportunidad se presentaron los resultados de la versión 59 del Índice de Atractivo País para Energías Renovables (Recai).

En el conversatorio intervinieron Javiera Ketterer, asesora de Gabinete del ministerio de Energía; Asunción Borrás, Head Business Development H2 de ENGIE Chile (ambas Embajadoras de Women in Energy); Elanne Almeida, Socia de Servicios de Sustentabilidad de EY (actual integrante del programa de liderazgo femenino), y Paola Hartung, directora de Asuntos Regulatorios de Aes Chile.

En la apertura, María Trinidad Castro, directora ejecutiva de WEC Chile, realizó un recorrido por la historia del Consejo Mundial de la Energía que este año cumple un siglo de vida apoyando las transiciones energéticas que ha vivido el planeta. Especial énfasis se hizo sobre la «humanización de la energía», objetivo clave que persigue la organización en los 80 países en los que está presente y cuyo concepto se mencionó a lo largo del conversatorio.

Por qué Chile bajó en el ranking

Respecto al índice Recai, Chile se ubicó en el puesto número 14 a nivel global, siendo superado solo por Brasil en la región (13°). En los primeros lugares se posicionaron Estados Unidos (1°), China (2°) y Reino Unido (3°).

Chile sigue rankeado en un segmento de países desarrollados, principalmente europeos, que están incorporando agresivas políticas públicas en torno al desarrollo de energías renovables, en función de sus compromisos medioambientales.

“El país sigue entre los top 15 de los cerca de 100 países considerados en la encuesta y esto debe ser celebrado. Dicho esto, países como Dinamarca e Irlanda han desplazado a Chile hacia la baja, respecto del índice anterior, básicamente por sus planes de inversión en el largo plazo, que combinan desarrollo eólico off-shore y onshore, y objetivos de producción de hasta 6 GW de hidrógeno al año para 2030 en el caso de Dinamarca, uno de los objetivos más altos de este tipo en Europa. La región continúa atrayendo acuerdos corporativos de compra y venta de energías renovables (PPAs) por lo que Dinamarca, Finlandia y Suecia han subido su puntaje con respecto a estas variables. Dentro de las razones locales, la incertidumbre es un factor relevante, tanto desde el punto vista regulatorio como el de las inversiones a largo plazo”, afirmó Elanne Almeida de EY.

Otra explicación sobre la baja de Chile en el listado, fue la suspensión de las licitaciones de bienes nacionales para el desarrollo de proyectos “verdes” ocurrida en marzo de 2022, mes en que asumió la nueva autoridad de Gobierno.

Respecto a la regulación, el Recai lo señala como un factor relevante a la hora de viabilizar las inversiones necesarias para llevar adelante los proyectos renovables. Sobre todo, en mercados como el chileno, que no ha impulsado el sector de las renovables con subsidios, y a diferencia de Europa, donde buscan un retorno de esos subsidios en función del desarrollo de industrias basadas en estas tecnologías. Por lo tanto, al ralentizar las certezas regulatorias y los incentivos a la inversión, se aumenta el riesgo percibido por el mercado en el momento de invertir en renovables en determinados países y con ello se retrasa su desarrollo.

Sobre la importancia de mejorar la infraestructura de transmisión en Latinoamérica, Elanne Almeida resaltó que “la transmisión es una parte de la cadena productiva eléctrica que no puede estar ausente de la planificación del parque de generación, especialmente, del parque renovable debido a que, dada su producción intermitente y regionalizada, debe ser capaz de ser evacuada oportunamente. Esto supone un desafío a la planificación de la transmisión debido a que debe identificar y optimizar holguras o sobrecapacidades para que las inversiones sean rentables. El almacenamiento es un elemento que pueda apoyar este proceso de optimización, por lo que debemos avanzar decididamente en la regulación de esta tecnología para posibilitar su instalación en el corto plazo”.

Al término, Asunción Borrás, puso énfasis en la transición energética. “Supone un desafío y creemos que ahí el hidrógeno puede ayudar. Lo vemos como el eslabón perdido a la hora de afrontar la descarbonización, un sustituto al combustible fósil”, concluyó.

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