El desarrollo humano siempre ha estado ligado a la transición energética en un proceso permanente y continuo: desde el fuego, pasando por los hidrocarburos, hasta las alternativas más limpias, como las energías renovables. El sistema energético siempre se ha tratado de la vida de las personas y la evolución de la sociedad. La energía ha impulsado a la humanidad a través de miles de años.

De cara al futuro, los nuevos modelos de desarrollo humano y económico (digitales, circulares, limpios y justos) requerirán más energía, al menos, a mediano plazo. Si realmente queremos centrarnos en el futuro de la humanidad, necesitamos equilibrar nuestro enfoque para gestionar la transición energética.

Requerimos una mejor cooperación con otros sectores para proporcionar energía limpia, asequible, fiable y equitativa.

El World Energy Council (WEC) es un foro global e inclusivo de liderazgo de pensamiento y compromiso tangible. Además, es la única red de energía del mundo tecnológicamente neutral y verdaderamente planetaria abocada a sus miembros.

Somos más de 3.000 organizaciones agrupadas en casi 80 países, que hemos estado en el centro de los debates mundiales, regionales y nacionales sobre energía durante un siglo, desarrollando nuevas ideas e impulsando una acción cooperativa eficaz para lograr los beneficios de una mejor energía para todos.

Durante la cumbre de energías renovables e innovación CEM12MI6, de la que Chile fue anfitrión, la secretaria general y CEO del World Energy Council, Dra. Angela Wilkinson, fue invitada a dar una trigger talk en la que destacó la importancia de “humanizar la energía”, así como “humanizar la transición energética”.

En su charla, Angela hizo un llamado “a la acción para que un mayor número de personas (trabajadores, mujeres, futuros líderes energéticos, clientes, ciudadanos y cooperativas comunitarias) participen en el progreso de transiciones energéticas exitosas a lo largo de múltiples vías”.

Todos sabemos que es importante empezar, establecer objetivos, calendarios y coordinar una hoja de ruta. También reconocemos que esta debe estar bien coordinada en múltiples niveles, temas y sectores. Sin embargo, la coherencia política no puede lograrse sin la coherencia de las personas.

El World Energy Council plantea que no es suficiente solo ser conscientes de la planificación de un futuro energético mejor, sino que este futuro debe ser co-creado. Es relevante que un mayor número de personas se involucren, literalmente, en el progreso de múltiples vías hacia los futuros energéticos anticipados, centrados en el usuario, neutros para el medio ambiente y abundantes, necesarios para que miles de millones de personas vivamos mejor en un planeta más saludable.

Tal como dijo Angela, al potenciar el papel de las sociedades, no podemos avanzar de forma realista en transiciones energéticas justas y adaptadas al futuro si la mano de obra, los comportamientos, los nuevos usuarios de energía y los cambios en la demanda siguen siendo puntos ciegos en las hojas de ruta. La construcción del camino implica una cooperación efectiva de las partes interesadas, alineadas en distintos niveles e interactuando hacia arriba, hacia abajo y hacia los lados.

Al humanizar la energía, le ponemos nombres y rostros a la transición energética, que tiene sus matices de acuerdo a la realidad de cada territorio y comunidad, llevándonos a evitar la trampa de creer que existe una única solución para un desafío tan grande y diverso.

En este contexto, hacemos un llamado a tomar en consideración los avances que hemos logrado, pero a imprimir mayor velocidad y acción. La convicción y compromiso que vemos hacia nuestros desafíos de carbono neutralidad, descentralización, digitalización y diversidad deben verse reflejados en acciones concretas y con sentido de urgencia.

*Columna fue publicada originalmente en El Mercurio