La Estrategia del Hidrógeno Verde de Chile ha dado una señal muy poderosa al mercado interno y externo. Esto, principalmente, por las implicancias en cuanto al desarrollo económico, formación de capital humano y el innegable potencial para posicionar al país dentro de las grandes ligas como exportador del combustible del futuro. Sin embargo, existen competidores muy fuertes y bien posicionados como suministradores globales de los combustibles del presente.

Un claro ejemplo, es el accionar del mayor país exportador de crudo del mundo: Arabia Saudita. Este “reinado” pareciera no estar dispuesto a perder terreno en el prometedor negocio del hidrógeno, sobre todo frente a grandes competidores como China, Europa o Australia. Y es que para un país dependiente del amenazado sector de O&G, parece no quedarle otra salida que ganar protagonismo en este nuevo mercado cuyo valor se estima en 700.000 millones de dólares al 2050.

Más aún. Recientemente, los árabes anunciaron la construcción de una planta de producción de hidrógeno verde avaluada en 5.000 millones de dólares (Planta Helios Green Fuels), la cual será alimentada por energías fotovoltaica y eólica, y cuya puesta en marcha está planificada para 2025.

En Chile, si bien han sido anunciados proyectos muy significativos y relevantes para las aspiraciones de convertirse en uno de los productores más competitivos en precio a nivel global, pareciera que tales inversiones requerirán transitar con “cautela” por etapas intermedias más asociadas a un plan piloto que a las apuestas billonarias de países como Arabia Saudita, sobre todo, tomando en cuenta que el mercado del hidrógeno verde aún está en desarrollo.

Sin perjuicio de lo anterior, la capacidad instalada con energías renovables en el sistema eléctrico nacional, actualmente ronda el 52%, lo cual es muy positivo para alcanzar las aspiraciones señaladas, no sin antes resolver temas regulatorios y fortalecer los impulsores para el desarrollo del mercado doméstico.

Como parte del World Energy Council Chile , creo que debemos reflexionar si en este tema realmente estamos actuado con la celeridad necesaria frente a este escenario de desarrollo productivo y tecnológico. Vemos que Arabia Saudita requiere reinventar su poderosa industria petrolera y por lo tanto está asumiendo el riesgo de adelantarse a una industria que aún no está ni cerca de consolidarse. ¿Estaremos dispuestos a aventurarnos de forma precipitada para ganar posiciones en esta carrera por liderar el mercado de hidrógeno verde?

Seguramente, así como en otras materias, el transcurrir del tiempo nos dirá si el camino elegido, es el adecuado para alcanzar el posicionamiento que se proyectó inicialmente.

*Columna publicada en Revista Electricidad.